AFRO SAMURAI









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Hoy en día las corrientes artísticas contemporáneas son un cúmulo de movimientos e ideas que giran de manera caótica y logran erigirse entre otras formas de arte más clásica. El arte pop, el arte urbano y el arte underground son formas de expresión que han logrado hacerse un hueco en el corazón de adolescentes, jóvenes y jóvenes-adultos por su enorme flexibilidad, por su tendencia a la fusión entre estilos y no entrar en riña con otras formas de arte como lo son la música o la escultura. Afro Samurai es producto de Takashi Okazaki, un autor que se dejó arrastrar por estas corrientes y ahora se comunica con el mundo a través de ella, que disfruta dotando a sus obras del don de la fusión, de la rebeldía y de lo urbano.

Es una obra nacida en la calle, que nace de las ideas de una persona que se desprende de los cánones y las normas de dibujo tradicionales para buscar su propio arte y que plasmaba sus primeras ideas sobre el papel higiénico para encontrar su Nirvana artístico. Este artista logra de este modo se liberarse de sus raíces, sin llegar del todo a abandonarlas, para abrazar la bandera de las tendencias urbanas norteamericanas. Esta es una historia sin honor, de venganza, violencia, sangre y adrenalina, una obra que se embriaga de tendencias urbanas y tiñe de rojo los grises de todas y cada una de sus páginas.


'Yo, crazy Number One'

Dicen las malas lenguas que hace mucho, mucho tiempo el poder sobre el mundo estaba dividido en dos. Esta división de poder recaía en las manos de dos hombres: el más poderoso del mundo, que llevaba atado en su frente el cinto del Número Uno, y el segundo más poderoso, con el cinto del Número Dos. Ambos poseedores estaban destinados a luchar eternamente entre ellos mismos, el Número Uno por conservar su poder sobre el mundo, y el Número Dos por matar al Número Uno y evitar ser asesinado por terceros que opten a la posesión de su cinto.

Aquellos tiempos transcurrían en un Japón feudal provisto de importantes avances tecnológicos e implantes mecánicos. Eran tiempos muy difíciles, donde era más fácil ver la sangre correr por los caminos que agua aflorar de un manantial. Por aquel entonces el cinto del Número uno lo ostentaba un peculiar ronin de pelo encrespado y afro que tenía bajo su tutela a un pequeño infante.

Una noche, ocurrió lo inevitable: la batalla definitiva entre Número 1 y Número 2, un pistolero que se hacía llamar Justicia. Esta finalizó con la violenta muerte por rebanamiento de cabeza de Número 1 ante los atónitos ojos del niño que, inmóvil, miraba cómo aquel ambicioso pistolero se hacía con el cinto del más poderoso.

La furia y la sed de venganza comenzaron a brotar del corazón del niño, quien agarró el cinto del Número 2 sin miramientos y con una sola idea: acabar con la vida de aquel pistolero. Los años pasaron y aquel crío se convirtió en un frío e impasible adulto que se hacía llamar Afro y que había iniciado su camino para llevar a cabo su objetivo, aunque para ello tuviera que acabar con la vida de cientos de samuráis a sueldo que perseguían su cabeza o de inocentes que no deseaban el mal a nadie.


Un manga con aroma 'Kill Bill'

Lo primero que llamará la atención es el sentido de lectura occidental de la obra que, aunque extrañe, es el original. El principal motivo es que fue creada como adaptación del anime que Gonzo llevó a la pequeña pantalla en 2007, ambas dirigidas principalmente al público norteamericano.

En Afro Samurai se presenta una historia de venganza lineal y con pocos giros de guión, en parte provocado por estar condensada en dos volúmenes, y también debido a que el protagonismo de esta obra lo obtienen las violentas y sangrientas escenas de acción. Vendría a ser, de este modo, un símil de Kill Bill: todo se justifica en la sed de venganza del protagonista, en las situaciones poco cotidianas y en enemigos ciertamente peculiares, bebiendo, según le convenga, de los clichés occidentales u orientales habituales en este tipo de historias. Podría decirse en resumidas cuentas que Afro Samurai es un Spaguetti Eastern de samuráis.

La lectura es bastante ligera, aunque en ocasiones da la sensación de que ciertos diálogos se insertan para evitar que se pasen páginas rápidamente. Otro detalle a destacar es el vocabulario utilizado por los personajes, muy en la línea de las tendencias occidentales y urbanas de la trama, eso sí, Afro es de los protagonistas que lo resuelven todo a sablazos, poco se le ve hablar en la obra.

A simple vista y tras una primera hojeada rápida, todo aquel que carezca de conocimientos suficientes podría captar un dibujo pobre y mal realizado, alejándose bastante de la realidad de esta obra. Si bien el estilo de Okazaki no sigue los cánones del manga ni posee un estilo detallista o perfeccionista a la hora de realizar el diseño de personajes y paisajes, también es cierto que su arte alternativo bebe de lo propio, del grafiti y de lo rudo, sucio y a la vez estilizado del spaguetti western. Páginas llenas de ambientes oscuros que tan sólo se iluminan con la presencia de los personajes, que durante la batalla tiñen los grises con el rojo de la sangre derramada. Todo esto queda aderezado con un toque de robótica e implantes mecánicos y escenas en ocasiones bastante explícitas.


Más de una década a lo Afro

Este manga es una adaptación de la versión animada del mismo nombre realizada por el estudio de animación Gonzo, la cual a su vez se basa en unos doujinshi del autor que narraban de manera diferente y con un estilo de dibujo bastante distinto, la sed de venganza de Afro. Estos doujinshi fueron publicados además en la Nou Nou Hau, una revista vanguardista que incluyó desde 1998 hasta 2002 otros trabajos realizados y publicados por sus propios autores.


Además, la franquicia cuenta una película de animación llamada Afro Samurai: Resurrection que continúa la historia, incluyendo al igual que en el anime la voz de Samuel L. Jackson y, como novedad, la voz de la actriz Lucy Liu. Tanto el anime como la película están originalmente doblados al inglés. Otro de los productos que enriquecen esta franquicia es ni más ni menos que el videojuego, un sencillo beat’em up disponible para Xbox 360 y Playstation 3 en Europa con textos en castellano y una banda sonora de infarto realizada por The RZA (Wu-Tang Clan).


El padre de la obra

Takashi Okazaki nació en 1975 la prefectura de Kanagawa, Japón. A sus 36 años es actualmente uno de los artistas contemporáneos más relevantes del país del sol naciente, dedicando su creatividad al manga, la escultura y al diseño visual y gráfico y saltándose todo tipo de normas y cánones del dibujo oriental para crear su propio arte. Como curiosidad, comenzó sus andaduras realizando dibujos sobre papel higiénico. Tanto su afición como estilo están bastante ligados a la cultura hip hop.

Los primeros pinitos de Okazaki fueron con Afro Samurai!, doujinshi publicados desde 1998 hasta 2002, los cuales, como ya se ha comentado, dieron lugar a las adaptaciones animadas de Afro Samurai y Afro Samurai: Resurrection. En 2004 publicaría una historia de 9 viñetas en el folleto incluido en la banda sonora de Blade: Trinity. Un año después, ilustraría el final de la obra Cho-Kōryu-Gōjin Danke Choen, obra impresa en los flyers de un club japonés llamado UNIT. En 2007 regresaría con Afro Samurai Maniaxxx!!!. Para, en 2008, readaptar su primer doujinshi bajo el nombre de Afro Samurai.


'The spanish one'

La edición de Panini no se queda pequeña ante la original americana, con un papel de buen grosor, gramaje y opacidad; un tamaño similar al de ediciones como la de Biomega, sobrecubierta y páginas en blanco, negro y rojo. Las páginas de guarda del principio y final de ambos tomos, además de impresas, están muy bien cuidadas y presentadas. Ambos tomos incluyen notas de traducción y contenido extra. Eso sí, detalle pequeño es que en el primer tomo las páginas dejan de ser numeradas hacia la mitad.

Lo mejor: una historia de sed de venganza a lo Kill Bill con claras influencias artísticas contemporáneas. El color rojo de la sangre sobre las páginas en blanco y negro le da un toque atractivo. Todo el catálogo relacionado con la obra: videojuego, banda sonora, anime y película de animación. Contenido extra.

Lo peor: dos tomos te dejan con ganas de más, no obstante esta sed puede saciarse con la variedad de productos relacionados con Afro Samurai. En el primer tomo, las páginas dejan de estar numeradas hacia la mitad, lo que dificulta ubicar ciertas notas de traducción tras la lectura. La historia puede ser muy floja para los que busquen 'chicha'.

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